El 18 de noviembre se celebra el Día Europeo para el Uso
Prudente de los Antibióticos, una iniciativa de la Unión Europea para
sensibilizar a la ciudadanía sobre la amenaza que la resistencia a los antibióticos supone para
la salud pública y para fomentar entre la población el uso prudente de éstos.
El número de pacientes infectados por bacterias resistentes
está creciendo en toda la Unión Europea, y la resistencia a los antibióticos
debe de considerarse como un problema importante de salud pública. Actualmente
existen bacterias en el ámbito hospitalario (Staphylococcus aureus, Klebsiella
pneumoniae) como extrahospitalario (Haemophilus influenzae, Escherichia coli)
que por haber desarrollado resistencia a los antibióticos son muy difíciles de
tratar. Porque los antibióticos, y es una idea muy extendida entre la
población, no curan las infecciones causadas por virus, como el resfriado común
o la gripe. Únicamente son eficaces para combatir las infecciones bacterianas.
Por lo tanto, el diagnóstico correcto y la decisión respecto a la necesidad de
administrar antibióticos deben de ser competencia de los profesionales
sanitarios, no de uno mismo.
Como señala la Unión Europea, “usar con prudencia los
antibióticos puede ayudar a detener el desarrollo de bacterias resistentes y
conseguir que los antibióticos mantengan su eficacia para las generaciones venideras”.

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